por Rebeca Padierna
Magnolia - 1999
Magnolia tiene tantas capas, como estrellas el universo. Es una película para centrar tu mente por unas horas en seguir sus historias, y a la vez, prestar atención a cada pista que el director estratégicamente arroja en escena para darle más sentido y compenetración al plot.
La eterna pregunta sobre casualidad o causalidad, las almas en pena, las repercusiones y consecuencias de acciones pasadas, maltratos, tragedias, pero sobre todo: el continuar hacia delante.
Su nombre, uno de los muchos acertijos de la película. El director no ha querido aclarar a qué se debe, pero si ha hecho comentarios: es posible que sea porque sus historias se desarrollan en la forma que se extienden los pétalos de la flor Magnolia, o porque muchas escenas clave ocurren en Magnolia Avenue. O tal vez sea porque la palabra se asemeja mucho a “Magonia”, nube donde en la mitología griega se cree que las cosas se quedan en ese lugar del cielo hasta que es hora de caer.
Yo escojo creer en que todas las anteriores son correctas.
Con una actuación impecable de todo el elenco, especialmente de Tom Cruise, logrando de T.J. Mackey una sátira y burla bien estructurada a la manera en que la mayoría de la sociedad se ha encargado de criar y educar al género masculino.
En definitiva, una película genial e intrincada, que anuda cada punto, cada historia, con extrema sutileza y sentido manteniendo al espectador interesado en todo momento, saltando de historia en historia y creando vínculos interesantes entre ellas.
9/10
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