jueves, 21 de enero de 2016

Sueños de soledad (anónimo)

La mirada perdida que se acomoda en la ventana de un autobús en mitad del  tráfico, el motorizado que pasa frente al carro que se detiene cuando el semáforo está en verde, los niños comiendo carbohidratos en exceso, hasta que son capaces de tener sus propios hijos y continuar con la tradición, la incongruencia del día a día, el hambre y el derroche, la pobreza y la enfermedad en santo matrimonio, el cansancio crónico, la toalla con la que nunca te secaste pero ya tiraste a la ropa sucia, el desayuno y el almuerzo en los que te hicieron compañía tus sueños, aquellos que terminas deseando casi totalmente convencido de que contigo mismo estas mejor. Aquellas memorias que se crean en el transcurrir de los días, se construyen con experiencias desconcertantes o desagradables que has sido incapaz de compartir por indefensas que parezcan, y en el fondo sabes que juntas forman una masa de energía oscura que no quieres transmitir, más varios sacos de pensamientos brillantes que se quedaron en el plano abstracto, que no corrieron a ninguna red social, a ningún 'timeline' de ideas de gente sola buscando empatía. El clímax de la soledad es cuando la abrazas con tal fuerza que ya no te sientes solo, y se convierte en una persona importante en tu vida, persona porque como dicen las frases tradicionales: no implica que por estar rodeado de gente te encuentres en compañía, esa frase cliché… esa frase cliché algún día cobra sentido, simplemente lo hace y no te queda más remedio que aceptarla. A este punto ya no te sientes solo, deja de ser una sensación y se convierte en algo que das por hecho, aunque probablemente te equivoques, la soledad puede ser tanto una ilusión como una realidad, quien cree estar solo a veces es quien está acompañado todo el tiempo y viceversa. Es hasta divertido ver como en 'slowmotion' algunas ideas que produces cobran cuerpo, de repente un plan nace, y va creciendo la ilusión, aquella que innatamente conozco desde niña, sin los egoísmos de la tribu, del clan. En un momento dado de la vida toda alma merece estar sola, ser libre en sí misma, reflexionar largamente el silencio y convertirse como mínimo en su mejor compañía, no vale engañarse justificando como positivo el tiempo que se comparte consigo mismo, más que buena o mala, la soledad como muchas, es una necesidad.