martes, 26 de diciembre de 2017

Cineclub: Paterson

por Rebeca Padierna

Paterson
Paterson Ciudad
Paterson a dónde mires,
detrás de ti, escrito en un mural.
Idílica, inspiracional, interpretativa.

Es la esencia poética del día a día.
El respirar de las palabras mientras se escriben en tu mano y luego, por supuesto, en tu libreta.
Es el lapso de tiempo, silencios y ruido.
Conversaciones vacías e intrincadas, amor fingido y ficticio, obsesión confundida con delirio, y más importante que todos estos, amor prolongado, duradero, real. 
Amor a vivir, detenerse y contemplar.
A encontrarse por casualidad a un niña poeta de 10 años en un callejón, sentada, esperando a su familia, y que recite un poema sin rima, que te cale la sangre:

Water falls
from the bright air 
It falls like hair.
Falling across the young girl’s shoulders.
Water falls.
Making pools in the asphalt.
Dirty mirrors,
with buildings and clouds
inside.
It falls on the roof of my house,
it falls on my mother,
and on my hair.
Most people call it: rain.

Amor a no vivir sin darse cuenta,
a observar.
A entender que hay de dónde sacar poesía en lo que mires, en las situaciones más convencionales y aburridas, los encuentros más casuales, en las conversaciones entre desconocidos que se dejan escuchar sentados a pocos asientos de ti en el autobús, o metro quizá.

El regalo de un cuaderno vacío.
"Sometimes empty page presents more possibilities".
Infinitas oportunidades de creación y canalización.
De escribir y describir sentimientos.

Paterson Poeta.


domingo, 10 de diciembre de 2017

#23PreguntasDeProust: Juan Carlos Chirinos

Luego de más de un año viviendo fuera de Venezuela me he dado cuenta de lo difícil y a la vez delicado que resulta hablar del país que uno lleva marcado en la piel, porque es difícil hablar del sitio dónde uno creció y fue feliz sin caer en la euforia o en la rabia que pueden aflorar tan fácilmente cuando uno simplemente piensa y trata de explicar a la Venezuela de estos días.

Por eso he ido intentando, durante el último año, hablar desde una perspectiva más calmada y objetiva de Venezuela, menos visceral, con más datos en las manos y menos cuentos en la boca, pero no es fácil... porque todo se mezcla, y en estos días que vivimos todos tenemos amigos o familiares que se convirtieron en tristes datos de una mal llamada "revolución", y entonces los números duelen, y cuesta decirlos sin rabia o tristeza.

Pero fue gracias a este interés por lo "objetivo", si se le puede llamar así, que al final de una tarde en Madrid terminé en la librería Los editores, fantástico lugar donde ese día se presentaba un libro: "Venezuela", de un escritor llamado Juan Carlos Chirinos. Fui porque alguien me dijo que aquel libro había sido escrito para ilustrar al mundo "lo que es Venezuela, más allá de la política, más allá de la actualidad, como un manual para intentar entender a Venezuela...", y qué acertado comentario.

Durante aquella presentación entendí que, durante los últimos años, más allá de la conciencia histórica que los venezolanos y venezolanas podamos tener, nos falta todavía entender con humildad y paciencia el por qué de muchas cosas que en la actualidad nos hacen llorar, y es un camino largo hacia atrás, pero necesario; imprescindible para intentar descifrar la razón de tanto caos y, si se quiere también, eventualmente, darle fin.

Pero el golpe más fuerte me lo llevé cuando conocí al escritor, Juan Carlos Chirinos, novelista, cuentista y biógrafo nacido en Valera (el centro del mundo), y digo golpe porque Juan Carlos vive fuera de Venezuela hace más de veinte años, y bajo ese supuesto yo la verdad no esperaba de "Venezuela" una aproximación tan cercana al hoy, pero por fortuna me equivoqué, e incluso me atrevo decir que pocas personas han dibujado ese "por qué" tan claramente como Juan Carlos.

¿La razón? no lo sé... pero supongo que a veces el alejarnos nos ayuda a entender mejor, como cuando estamos en un museo y nos echamos para atrás con el fin de admirar un cuadro.

Ahora bien, lo que sí sé es que Juan Carlos Chirinos respondió hace poco el cuestionario que alguna vez elaboró Marcel Proust, y yo simplemente lo dejo por acá, esperando que lo disfruten.

Hola Juan Carlos, acá te dejo las preguntas, siéntete libre de responder cómo quieras, y de nuevo muchas gracias…

¿Cuál es tu idea de felicidad perfecta?
Tener por delante tiempo indefinido.

¿Cuál es tu característica más reconocible?
El humor.

¿Cuál consideras tu mayor logro?
Haber sobrevivido a mi nacimiento.

¿Cuál es tu mayor miedo?
El dolor físico.

¿Con qué personaje histórico es con el que más te identifican?
La verdad no lo sé; espero que con alguno que sepa leer.

¿Qué persona viva es a la que más admiras? 
A los gatos.

¿Quiénes son tus héroes en la vida real? 
Cicerón, Alejandro, Rómulo Betancourt y la condesa de Vilches.

¿Cuál es el rasgo más deplorable en ti? 
La ira.

¿Cuál es el rasgo en los demás que te hace menospreciarte? 
No lo entiendo; pero creo que es la soberbia del ignorante.

¿Cuál es tu viaje favorito? 
En tren.

¿Cuál consideras que es la virtud más sobrevalorada? 
Las virtudes no están sobrevaloradas; se sobrevaloran los que creen que tienen alguna en grado superlativo.




¿Qué palabra o frases usas en exceso? 
«No sé si me explico». 

¿Cuál es tu mayor arrepentimiento? 
Procuro superar los arrepentimientos rectificando; pero si no se puede, pues no se puede: «pa'lante es pa'llá».

¿Cuál es tu estado de ánimo más recurrente? 
La ensoñación.

Si pudieras cambiar algo de tu familia, ¿qué sería? 
La distancia.

¿Cuál es tu posesión más preciada? 
Mis libros y mi flauta.

¿Qué consideras que es lo más profundo de la miseria? 
Creerse ella.

¿Dónde te gustaría vivir? 
En varias ciudades al mismo tiempo, en modo mecánica cuántica: Valera, Madrid, Caracas, Salónica, Ámsterdam, Bogotá, Filadelfia...

¿Cuál es tu actividad favorita? 
Como a Fernando Fernán Gómez, a mí lo que más me gusta en la vida es dormir.

¿Cuál es la cualidad que más te gusta en un hombre?
La lealtad.

¿Cuál es la cualidad que más te gusta en una mujer?
La lealtad.

¿Cuáles son sus nombres favoritos?
Juan y Carlos. César y Aníbal.

¿Cuál es tu lema?
El que va a salir, se asoma.


Fotografía de Connie G. Santos


jueves, 30 de noviembre de 2017

Cineclub: Magnolia

por Rebeca Padierna

Magnolia - 1999

Magnolia tiene tantas capas, como estrellas el universo. Es una película para centrar tu mente por unas horas en seguir sus historias, y a la vez, prestar atención a cada pista que el director estratégicamente arroja en escena para darle más sentido y compenetración al plot.

La eterna pregunta sobre casualidad o causalidad, las almas en pena, las repercusiones y consecuencias de acciones pasadas, maltratos, tragedias, pero sobre todo: el continuar hacia delante.

Su nombre, uno de los muchos acertijos de la película. El director no ha querido aclarar a qué se debe, pero si ha hecho comentarios: es posible que sea porque sus historias se desarrollan en la forma que se extienden los pétalos de la flor Magnolia, o porque muchas escenas clave ocurren en Magnolia Avenue. O tal vez sea porque la palabra se asemeja mucho a “Magonia”, nube donde en la mitología griega se cree que las cosas se quedan en ese lugar del cielo hasta que es hora de caer.

Yo escojo creer en que todas las anteriores son correctas.

Con una actuación impecable de todo el elenco, especialmente de Tom Cruise, logrando de T.J. Mackey una sátira y burla bien estructurada a la manera en que la mayoría de la sociedad se ha encargado de criar y educar al género masculino.

En definitiva, una película genial e intrincada, que anuda cada punto, cada historia, con extrema sutileza y sentido manteniendo al espectador interesado en todo momento, saltando de historia en historia y creando vínculos interesantes entre ellas.

9/10

#CineClub


domingo, 19 de noviembre de 2017

Cineclub: Perfect Sense

Sentir, qué importante es sentir, pero a la vez qué común lo vemos, todo el tiempo, como si fuera algo que siempre ha estado ahí y que nunca dejará de estarlo, cuando la verdad es que todo sentimiento, en el amplio sentido de la palabra, es efímero e infinito a la vez, fugaz y perpetuo en el tiempo, porque no se trata solo de nosotros, sino de lo que dejamos en el camino, lo que hacemos sentir en otros.

¿Alguna vez te has quedado absorto acariciando la textura de una naranja?

¿Alguna vez te quedaste mirando una pared azul simplemente admirando el color?

¿Cuándo fue la última vez que lloraste con el olor del mar?

¿Sentiste alguna vez que tu corazón se aceleró al escuchar una voz?

¿Despertaste alguna vez con un sabor en la boca que te recordó a alguien?

Es increíble, y algunos dirán que suena a cliché, pero todo es sentir, la vida es sentir permanentemente, sin pausa ni tregua, aunque deleite, o aunque duela, no hay diferencia, sentir es la vida en su más pura esencia; y una herida en la mano o un orgasmo son síntomas de estar vivos en la misma medida.

En ese sentido “Perfect Sense” es un hermoso recordatorio de lo importante que es sentir, todos los días, toda la vida; y si te gusta la fotografía la disfrutarás aún más, y si sabes ver también, y escuchar… en fin, si sabes sentir, de verdad.


viernes, 20 de octubre de 2017

#23PreguntasDeProust: José Urriola

Una vez Darío, gran amigo de la vida, me recomendó leer "Santiago se va", una novela de José Urriola, un autor que no conocía pero que, según Darío, yo, y especialmente yo, tenía que leer. Por aquel entonces yo me encontraba de cierta manera planeando mi ida del país en el que nací, Venezuela, aunque todavía no tuviera un rumbo o plan certero, pero lo cierto es que interpreté el consejo de mi amigo como algo puramente relacionado al hecho de que probablemente pronto me iría, como Santiago, que se va, que se fue, y yo no podía estar más equivocado.

Tardé en hacerle caso a Darío, lo confieso, tardé tanto como el tiempo transcurrido desde aquella vez hasta el día que me tocó hacer las maletas antes de partir y elegir los pocos libros que podría llevar conmigo, difícil pero interesante ejercicio, y yo que pensaba que elegir los 23 que van al Mundial era complicado. Pero sí, al final me llevé "Santiago se va" a Madrid, un libro de fuego, y sí, me fui a Madrid, como el mismo Santiago alguna vez.

En Madrid, entre muchas cosas, idas y venidas de metro terminé leyendo "Santiago se va", una obra que me pareció fuera de lo normal, de lo común, de lo esperado ¿y cómo no? también me sentí identificado; Darío tenía razón, pero haberme ido, como Santiago, era la última de las razones por la cuáles tenía que leer ese libro en aquel tiempo y en aquella ciudad tan llena de colores y contrastes, lejos de casa.

Hoy, le doy las gracias a Darío, que de alguna manera me presentó a José Urriola, un escritor que ha hecho muchas cosas en la vida, entre ellas escribir, pero que además demuestra a través de su obra una sinceridad y franqueza que rayan en lo humano, algo simple en apariencia, pero difícil de leer y ver en estos días. Por eso lo quise contactar desde el atún literato para que respondiera las 23 preguntas de Marcel Proust, algo que si bien es cierto puede que no sea la gran cosa sí es un pequeño homenaje a la gente que de a poco, con palabras, con música o con acciones, siembra en su entorno cosas positivas y bonitas, y eso es lo que hace José Urriola, un inventor de máquinas para los amores imposibles.

Hola José, de nuevo gracias por tomarte el tiempo para responder estas preguntas, un honor para nosotros. Siéntete libre de responder como quieras…

¿Cuál es tu idea de felicidad perfecta?
Tardé décadas en darme cuenta de que mi papá tenía razón al repetirme una y otra vez algo que no quise entender (o no estaba preparado aún para comprender): es que al final uno descubre que la felicidad es idéntica a la calma. 

¿Cuál es tu característica más reconocible?
Soy narizón. Un narizón apasionado por los planetas, los astros, la ciencia ficción, el futuro, las máquinas imposibles, la música y el espacio. 

¿Cuál consideras tu mayor logro?
Que mi hija de dos años de pronto se aparezca donde estoy, me ponga una manito en el muslo y me diga: papá, te ayoyo (te adoro). Es como si hubiera metido un gol de chilena desde la media cancha en el minuto 93.

¿Cuál es tu mayor miedo?
Tengo dos, uno noble y uno absurdo. El primero es el temor de que le ocurra algo malo a la gente que quiero; prefiero mil veces que me pase a mí antes de que ellos sufran. Y el absurdo es el miedo al ridículo, le tengo pánico y, lo sé, es ridículo, porque al final quién está exento de no hacer un papelón en esta vida. 

¿Con qué personaje histórico es con el que más te identifican?
Voy a hacer una encuesta a todas las personas que me conocen a ver qué dicen. Regreso en unos años con la respuesta. 

¿Qué persona viva es a la que más admiras? 
Se me han ido muriendo los admirados y los admirables. Creo que me quedan tres, músicos los tres: Peter Murphy, Robert Smith y Jota (el de Los Planetas).

¿Quiénes son tus héroes en la vida real?
El astronauta Michael Collins, el tercer tripulante y el único en no pisar la luna de la misión Apolo 11. Es un héroe silencioso, un ídolo de la discreción, el hombre que más lejos ha estado de la Tierra (mientras daba vueltas por el lado oculto de la luna al tiempo que Armstrong y Aldrin decían frases y se tomaban fotos para la historia). Nunca jamás alguien había estado tan lejos de casa y tan solo. Pero eso no lo cuentan, de eso no hay fotos, apenas una declaración del mismo Collins décadas después de la llegada del hombre a la luna: “creo que desde los tiempos de Adán nadie había estado tan solo”. 


¿Cuál es el rasgo más deplorable en ti?
La timidez. Qué vergüenza que me dé pena todo.

¿Cuál es el rasgo en los demás que te hace menospreciarte? 
La velocidad de palabra. La facilidad para responder en medio de una discusión. Yo vine sin esa enzima, no me la echaron. Yo siempre tardo horas en armar las ideas y traducirlas en palabras: “debí haber respondido esto ayer”.


¿Cuál es tu viaje favorito? 
Tengo varios. Durante la juventud la ruta que une a Barinas con Mérida, esa carretera ascendente por la montaña con sus caídas de agua y los cambios del paisaje. Ya más grande votaría por los viajes a la playa con mi esposa. Me encanta verla feliz y haciendo nada pero frente al mar. 

¿Cuál consideras que es la virtud más sobrevalorada? 
No es una virtud pero nos las quieren vender como tal: esa variante de lo políticamente correcto que vamos a llamar “la buenitud” o “el buenismo”. La apariencia forzada y permanente de “miren qué bueno soy”, “miren qué comprometido con tantísimas causas”, “miren qué talante moral el que tengo”, “miren qué lectura tan superior tengo de absolutamente todos los acontecimientos de la vida”. No lo soporto. Algo bien malo debe haber en alguien que necesite proyectarse como alguien siempre tan bueno. 

Vinculado estrechamente con lo anterior: la “ponderación”, el “equilibrio” (que se parece más al equilibrismo), la gente que no es capaz de apasionarse y asumir una posición clara y sin tapujos. Me perturba esa ponderación impostada en los momentos álgidos tanto como el escándalo de un brote neurótico.

¿Qué palabra o frases usas en exceso? 
Tengo varias, soy bastante recurrente en mis fascinaciones/obsesiones: 
“Y mientras tanto, en Marte…”
“Un post it que dice:” 
“Como yo soy bueno recomendando música, aunque ustedes son aún mejores ignorándome…”

¿Cuál es tu mayor arrepentimiento? 
Me gustaría ser un mejor amigo para mis amigos. Tengo la enorme fortuna de tener amigos que me quieren, me soportan y están pendientes de mí a pesar de mi ausencia y mi tendencia cada vez más grande al ermitañismo.  

¿Cuál es tu estado de ánimo más recurrente? 
Yo soy el tipo de los audífonos que va por allá caminando. Sonriendo solo y hablando consigo mismo. 

Si pudieras cambiar algo de tu familia, ¿qué sería? 
El lugar donde se encuentran. Me encantaría tenerlos, por lo menos, en la misma ciudad, en vez de repartidos por el continente. 

¿Cuál es tu posesión más preciada? 
Mi familia y mis amigos. Aunque yo no los poseo, me temo que es al revés. 

¿Qué consideras que es lo más profundo de la miseria? 
El abuso de poder. La cobardía de quien se ensaña con el débil porque se sabe guapo y apoyado. Es asqueroso, deplorable, ruin. El abuso de poder es la expresión más genuina del rencor y el pobrediablismo. 

¿Dónde te gustaría vivir? 
En Islandia, pero una Islandia con el clima más templado. O en Lanzarote, Canarias, también podría ser. Eso sí, que me quede una ciudad con todas las de la ley a un par de horas para poderme llenar de libros, cines, ruido y contaminación en las vacaciones. 

¿Cuál es tu actividad favorita?
Ver una buena película con mi esposa mientras la niña duerme entre los dos. Ponerle música a mi hija. Y jugar con ella a que le aullamos a la luna como los lobos. 

¿Cuál es la cualidad que más te gusta en un hombre? 
Una mezcla de inteligencia, autenticidad, sentido del humor y –muy importante–humildad. 

¿Cuál es la cualidad que más te gusta en una mujer?
Una mezcla de inteligencia, autenticidad, sentido del humor y humildad. Lo que se acaba traduciendo en guapura, sensualidad y belleza.  

¿Cuáles son sus nombres favoritos?
Aitana y Arantza. 

¿Cuál es tu lema? 
Creo que tengo dos:
Vamos a callarnos un ratito para ver (para escuchar) esta maravilla. 
El futuro que estábamos esperando no llegó, lo tienen secuestrado. 





martes, 10 de octubre de 2017

Cineclub: Synecdoche, New York

Hace poco fui invitado a unirme a un cineclub aespacial, un buen lugar auspiciado por las mágicas telecomunicaciones, y ahí estoy, con gente que conocía de antes y otra que no, pero gente buena al final, gente que a partir de la visión y opinión de una película puede terminar interesándose en la profundidad de tu psique un lunes a las cinco de la mañana como si fuese lo más normal del universo.

Existen varias reglas dentro de este peculiar cineclub, pero la más importante y esencial es que cada semana le toca a un miembro proponer una película que le interese y que no haya visto; entonces todos la vemos durante la semana y el domingo o el lunes comenzamos la tertulia virtual que, como ya ha pasado, puede extenderse por varios días, incluso cuando ya toca hablar de otra película.

Fue así, entre tantas conversaciones y probablemente gracias al trasnocho, que se me ocurrió dejar constancia de alguna manera de lo que la película nos transmitió, individual o colectivamente, pues quizás esto inspire, más allá de las ganas o desganas de ver la película, algún otro pensamiento, útil o no, pero pensar siempre será bueno, o al menos eso creo yo. Así que bienvenidos a este cineclub aespacial, que desde hoy es atemporal también, escribiendo su bitácora en un blog.

Disfruten, hoy escribe Rebeca.

Synecdoche, New York.

Relato muerto en vida de una obsesión. Obsesión u obsesiones orientadas de un lado a otro, de un tema al siguiente, multiplicándose debido a las condiciones del protagonista: sentimiento de abandono, miedo a la muerte propia, terror a nunca conocer el amor recíproco, pánico a 'no trascender", a ser olvidado.

A través de los años pierde la noción del tiempo, y con ella lo que podemos considerar cordura. Este proceso, a su vez, nos deja explorar de cerca poco a poco, cómo se manifiesta y evoluciona su obra teatral, su "sincera" exposición, la búsqueda de su propia verdad, inalcanzable; no por no existir, sino por no querer conocerla en realidad, no querer adentrarse en ella. Nos da de él, pero no lo suficiente, y pasan los años pero su muralla se mantiene intacta, muralla hecha de arrepentimientos, enfermedades viles (¿imaginarias?) y victimización propia. Todo ello haciéndonos pasar por el mal sabor del sexo sin placer (ya sea por no coincidir en gustos o por circunstacias desconocidas). El tema de la sexualidad posiblemente desviada se menciona a lo lejos, muy delicadamente, y queda ahí, a interpretación propia. Puede que no tanto una sexualidad desviada, sino el trauma de ser "bonita", de que la llamen bonita (y aquí debo admitir que estoy yendo un poco mas allá de lo que la película otorga).

Crea, y esto sí lo logra, una replica exacta a su vida, a su ciudad, a su entorno y a lo que lo rodea, a su completa y abierta obsesión; no sabemos si ahondando de alguna manera en revivir lo que sucede en la realidad, de ver si es posible que algo cambie, mover alguna ficha, dispuestas allí por él, y para él, tratando de entender por qué todo pasa como pasa, de lograr descifrar quién es Él.

Con frases exquisitas como "You've been a part of me forever. Don't you know that? I breathe your name in every exhalation".

Y escenas/metáfora mágicas como "the house of fire", donde Hazel (la coprotagonista) planea comprar una casa y está asustada por comprarla sola, pero especialmente por el fuego dentro de la casa. Y va algo así:

Hazel - "I like it, I really do. But I'm a little concerned about dying in the fire."

Realtor - "It's a big decision, how one prefers to die."

En fin, nunca llegamos a ser felices con él, porque nunca lo llega a ser.

En conclusión, queda su obra maestra inconclusa y sin estrenar, y muere en ella, como decide hacerlo.

Synecdoche, New York (2008)

domingo, 1 de octubre de 2017

#23PreguntasDeProust: Faride Mereb

No son nada sencillos los tiempos que actualmente vive Venezuela, eso es bien sabido, sobre todo por quienes hemos tenido la fortuna, para bien o para mal, de crecer entre sus ruidos  y paraísos, entre sus surrealismos y demonios, entre sus idas y venidas, porque bien sabe quien creció en la Venezuela de los últimos veinte años que difícil es darle una definición a tanto evento y suceso, o como quieran llamarlo.

Pero en medio de tanto yo no me canso de admirar cómo gente buena y talentosa está surgiendo en distintos ámbitos a punta de trabajo y dedicación. Ya lo decía con tanto acierto Gustavo Cerati en una de sus últimas canciones: "Sacar belleza de este caos es virtud", y cuánta razón tenía.

Faride Mereb, nuestra entrevistada el día de hoy, es una de esas personas que admiro sinceramente. Artista, diseñadora y editora, Faride es egresada del Instituto de Diseño de Caracas, extensión Valencia. Además realizó estudios en la Escuela de Artes de la Universidad Arturo Michelena y Diplomados de Diseño Social [Prodiseño/UCAB] y de Poesía [Departamento de Literatura de la Universidad de Carabobo].

En los últimos años el cuerpo de su trabajo se ha basado en el diseño editorial experimental, la instalación tipográfica y la investigación de archivo, trabajando actualmente en la Editorial Ex Libris y colaborando con el Archivo de Fotografía Urbana.

En 2014, con la ayuda de la poeta Deisa Tremarias, fundó Ediciones «Letra Muerta», que actualmente dirige, un proyecto que en mi opinión, como reza la canción de Cerati, irradia belleza dentro de tanto caos, porque hacer libros en Venezuela durante estos tiempos es simplemente un acto heroico, lleno de virtud.

Sin más, les dejo por acá las respuestas que dio Faride al cuestionario de Marcel Proust, ya habitual en nuestro blog, pero nunca de más, menos en estos tiempos que vivimos, donde tanta falta hace sumar desde adentro, desde los más profundo de nosotros.

Hola Faride, de nuevo gracias por tomarte el tiempo para responder estas preguntas, un honor para nosotros. Siéntete libre de responder como quieras…

¿Cuál es tu idea de felicidad perfecta?
No creo en la perfección ni el la felicidad absoluta. El ideal de felicidad que percibo se resume a hacer lo que me apasiona  y tener a las personas que quiero cerca. Además de salud para poder hacerlo. Y esto es algo intermitente y con muchas variables de por medio. Muchas cosas pasan entre un evento y otro, por eso cuando todo se alinea, hay que disfrutar el momento.

¿Cuál es tu característica más reconocible?
Soy muy insistente. Las cosas no suelen salirme con facilidad, creo en el ensayo y el error. Esto en el trabajo es bueno, en lo demás no tanto.

No soy buena causando primeras impresiones.

¿Cuál consideras tu mayor logro?
Haber sido preseleccionada en Leipzig por los libros más bellos del mundo. Y nacer: fui el espermatozoide más rápido ;)

¿Cuál es tu mayor miedo?
Olvidar las cosas que son importantes para mí.

¿Con qué personaje histórico es con el que más te identifican?
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¿Qué persona viva es a la que más admiras? 
Javier Aizpurua, mi maestro.

¿Quiénes son tus héroes en la vida real? 
Mi familia y todos los que vivimos en este país y tratamos de hacer las cosas de manera honesta y justa.

Fotografía de Freisy González

¿Cuál es el rasgo más deplorable en ti? 
Suelo ser muy directa en mis opiniones. No tengo filtro y no es una virtud porque lastimo a los demás.

¿Cuál es el rasgo en los demás que te hace menospreciarte?
Creo que no he pensando en esto nunca porque todos somos diferentes. Cada caso es particular y a veces las virtudes de una persona son los rasgos en crecimiento de otra, supongo.

¿Cuál es tu viaje favorito? 
El de la cama al living.

¿Cuál consideras que es la virtud más sobrevalorada? 
(Me gustaría ver la pregunta en idioma original para entender por qué se tradujo así. Porque los demás respondieron lo opuesto y ahora estoy confundida)
Supongo que la puntualidad.

¿Qué palabra o frases usas en exceso? 

- Gracias

- Tipografía

- café

¿Cuál es tu mayor arrepentimiento?
No haber comprado mucho papel cuando el dólar estaba en 4 mil.

¿Cuál es tu estado de ánimo más recurrente? 
Suelo ser depresiva, pero me esfuerzo mucho en que no sea por periodos prolongados.

Si pudieras cambiar algo de tu familia, ¿qué sería? 
Que fuesen todos eternos.

¿Cuál es tu posesión más preciada?
Mis recuerdos. La libertad absoluta de mi pensamiento.

¿Qué consideras que es lo más profundo de la miseria? 
-----

¿Dónde te gustaría vivir? 
En Caracas como ahora pero poder viajar cada cierto tiempo a otros lugares. Me gusta mucho conocer otras culturas. O vivir entre Caracas & NY.

¿Cuál es tu actividad favorita? 
Leer, cocinar, hacer libros... no tengo una sola. Me gustan muchas cosas.

¿Cuál es la cualidad que más te gusta en un hombre? 
La honestidad, la responsabilidad y la paciencia. (En cualquier ser humano sin importar el sexo)

¿Cuál es la cualidad que más te gusta en una mujer? 
La honestidad, la responsabilidad y la paciencia. (En cualquier ser humano sin importar el sexo)

¿Cuáles son sus nombres favoritos? 
Los de las personas que amo.

¿Cuál es tu lema? 
Hazlo tú mismo no significa hacer una mierda.

sábado, 2 de septiembre de 2017

Librería los editores, Madrid

Una vez estuve en una librería dando vueltas, descubriendo cada estantería y sección, perdiéndome entre letras e ilustraciones, sin pensar en el tiempo o en el día, en fin, una de mis actividades favoritas. Tan absorto estaba yo aquella tarde que en un momento no noté el por qué de las idas y venidas apresuradas de la simpática librera entre los estantes. Cuando por fin lo noté entendí que no encontraba un libro para una clienta que sabía que tenía, "Memorias del subsuelo" era; todo esto sin preguntar, solo pescando fragmentos de conversación, y yo, que tenía más de media hora escudriñando ya sabía donde estaba el libro. Me costó un minuto atreverme a decírselo a la librera, pues no tenía claro qué tan acertada era mi interpretación de la situación, pero finalmente lo hice, y una satisfacción literaria se dibujó en su rostro ante aquella revelación. La clienta consiguió su libro y la librera estaba feliz, feliz y agradecida, tanto así que me regaló unas gomas de la librería los editores, mini estantería que ahora es parte de la mesa de noche de mi habitación y que me hace recordar una de las mejores librerías y lugares que conozco de Madrid.



domingo, 13 de agosto de 2017

#23PreguntasDeProust: Rodrigo Blanco Calderón

No conozco personalmente a Rodrigo Blanco Calderón, esa es la verdad. Lo digo para comenzar porque no quiero en ningún momento pretender que soy alguien que lo conoce antes de presentarlo. Más de una vez lo vi entre libros y gente de letras en la librería lugar común de Altamira, reconociéndolo solamente gracias al recuerdo de una foto suya que aparecía en una edición de Las Rayas que yo tenía y había leído, pero hasta ahí, siempre he sido alguien pésimo para presentarme por iniciativa propia.

Ahora bien, lo que sí puedo decir con propiedad sobre Rodrigo Blanco Calderón es que es escritor, autor de obras que si bien es cierto no he tenido la oportunidad de leer en su totalidad, recomiendo ampliamente, sobre todo cuando se trata de The Night, su última novela, la cual es en gran parte la responsable de que exista esta entrevista, porque aunque no conozca a Rodrigo, como ya he dicho, me atrevería a decir que The Night es de esas obras tan profundas y bien elaboradas que, de alguna u otra manera, sabes que te llevan a conocer la personalidad y el carácter de quien la escribió, o al menos eso sentí yo.

Y la verdad es que no creo haberme equivocado, pues cuando esa sensación de conocimiento me llevó a escribirle algunos mensajes preguntándole sobre la posibilidad de esta entrevista la respuesta que obtuve vino cargada de amabilidad y buena disposición; cualidades que, aunque parezca no tener sentido, había yo percibido cuando leí The Night. Imagínense pues, el poder que tiene la palabra escrita.

Más que al escritor, este cuestionario dibuja al Rodrigo humano, y creo que eso es lo que quiso lograr Marcel Proust alguna vez cuando formuló estas preguntas, en apariencia simples, pero fantásticas en esencia, o al menos esa es mi percepción, la de un simple lector que en realidad no conoce al escritor, aunque eso poco importa al lado de lo humano. Con ustedes Rodrigo Blanco Calderón y sus 23 respuestas.

Hola Rodrigo, siéntete libre de responder cómo quieras, y de nuevo muchas gracias…

¿Cuál es tu idea de felicidad perfecta?
Vivir frente al mar.

¿Cuál es tu característica más reconocible?
Es difícil saberlo porque la pregunta apunta a una relación tensa. Una cosa es la imagen que los demás tienen de uno y otra cosa es cómo uno se percibe a sí mismo. Yo diría que soy obsesivo, sobre todo cuando estoy trabajando en algún libro, pero no sé si eso sea un rasgo «reconocible».

¿Cuál consideras tu mayor logro?
Haber ido creando, poco a poco, las condiciones para poder dedicarme a la literatura. Aún no lo he logrado del todo, pero en eso estoy.

¿Cuál es tu mayor miedo?
Perder mi centro.

¿Con qué personaje histórico es con el que más te identifican?
Con ninguno, que yo sepa.

¿Qué persona viva es a la que más admiras?
Mi madre.

¿Quiénes son tus héroes en la vida real?
Mi familia. Justo ahora están creando una fundación de ayuda y protección para los perros abandonados en Venezuela.

Fotografía de Lisbeth Salas

¿Cuál es el rasgo más deplorable en ti?
El rencor y el mal humor.

¿Cuál es el rasgo en los demás que te hace menospreciarte?
La capacidad de perdonar y de hacer el ridículo.

¿Cuál es tu viaje favorito?
Justo ahorita pienso en los viajes a Cata, junto a David Maris y algunos (ex) amigos, bebiendo ron mientras atravesábamos el parque Henry Pittier.

¿Cuál consideras que es la virtud más sobrevalorada?
La humildad. Ver a alguien jactándose de su humildad es un espectáculo divertido.

¿Qué palabra o frases usas en exceso?
Hay una frase de Pascal que sin darme cuenta la he usado como en 15 artículos distintos. No la voy a citar aquí para no reincidir. De resto, me imagino que muletillas y groserías: «coño», «vaina», «mierda».

¿Cuál es tu mayor arrepentimiento?
Las veces que he sido injusto.

¿Cuál es tu estado de ánimo más recurrente?
Algo que definiría como una pereza expectante.

Si pudieras cambiar algo de tu familia, ¿qué sería?
Nada.

¿Cuál es tu posesión más preciada?
Mi biblioteca.

¿Qué consideras que es lo más profundo de la miseria?
Traicionarse a sí mismo o a los demás por dinero.

¿Dónde te gustaría vivir?
En Positano o Sorrento.

¿Cuál es tu actividad favorita?
Leer.

¿Cuál es la cualidad que más te gusta en un hombre?
El respeto.

¿Cuál es la cualidad que más te gusta en una mujer?
La delicadeza.

¿Cuáles son sus nombres favoritos?
Luisa, Teresa y Julia.

¿Cuál es tu lema?
Todo fluye.




viernes, 24 de febrero de 2017

#23PreguntasDeProust: Iván Matta

La mayoría de las personas en el planeta, en mi humilde opinión, no tenemos idea la mayor parte del tiempo de cuánto somos capaces de influir en las personas que nos rodean. Desde hace algún tiempo de hecho mantengo la terca idea de que la mayor enseñanza es aquella dada a través del ejemplo, en silencio o con mil palabras como elegantes acompañantes, pero el ejemplo, lo que se hace, lo que se siembra de alguna manera.

Corría el año 2007 cuando estudiaba por las tardes Derecho en la Universidad Arturo Michelena, ubicada en San Diego, Estado Carabobo, Venezuela... para muchos conocida cariñosamente como Jumanji, asunto que dejo a su imaginación. En mi caso tuve la suerte y el privilegio de llegar y salir de esa universidad en autobus, van, taxi, camionetica, carro propio, cola y hasta en una convi que filtraba sin misericordia la lluvia de un palo de agua. Pero me ubicaré de nuevo en el 2007, ese año tuve la fortuna de contar con carro propio para ir a la universidad: un Mitsubishi Eclipse negro, año 1992.

No era un carro muy grande, de hecho era poco práctico, pues su estilo deportivo hacía que cinco personas en él fuese algo ilegal al circular. El color negro lo hacía especialmente caluroso, sobre todo al no contar la mayor parte del tiempo con aire acondicionado, y qué decir de su baja altura, una desventaja en la fauna de huecos presente en el pavimento criollo. Pero este carro tenía algo maravilloso: un reproductor original del año 1992, sin entrada para CD's ni cable auxiliar, solo una boca para el cassette y algo que me enseñó mucho sin darme cuenta: la radio.

En esa época yo solía regresar de la universidad cuando caía la tarde con mi gran amigo de la vida Salvatore Dalí (sí, así se llama) de copiloto abordo de aquel Mitsubishi Eclipse y solo algo sonaba en la radio: A la cuenta de tres, frecuencia 95.7 FM, ese programa donde Henrique Lazo, Erika de la Vega e Iván Matta nos hacían reír hasta el cansancio con temas que iban desde música y filosofía hasta el maní garrapiñado de Iván Loscher. Ese programa era, luego de una clase sobre leyes, otra clase, una clase sobre la vida, y demostró, como decía David Bowie, que podemos ser héroes para siempre, pues algo tan inocente como un programa de radio se puede convertir en un ejemplo si se hace muy bien, un ejemplo grabado en la memoria colectiva de una audiencia agradecida con profesionales que entienden que ningún legado reside en una persona sino en ideas capaces de ser replicadas y mejoradas generación tras generación.

Hoy, diez años después, Iván Matta, uno de aquellos grandes tres, responde con una genial amabilidad al atún literato un correo, en él están sus respuestas al cuestionario que alguna vez ideó Marcel Proust con la finalidad de ahondar un poco en el espíritu humano. Lo que sigue son las 23 preguntas y sus 23 respuestas, espero las disfruten.

Hola Iván, siéntete libre de responder cómo quieras, y de nuevo muchas gracias…

¿Cuál es tu idea de felicidad perfecta?
Nunca preocuparme de si tengo lo suficiente, en bienes o en capital. Tener un trabajo que le dé métrica y tempo a mi vida, pero que no me asfixie. La libertad de irme súbitamente a Malasia, a Polonia. Un televisor de 40 pulgadas con Dolby Surround. La capacidad de leer 2 libros al día, y como si tuviera memoria eidética, recordar cada página.

¿Cuál es tu característica más reconocible?
Si intento verme desde afuera; la tendencia a intentar aportar algo interesante sobre cada tema, aún cuando el momento no lo pida. Visto desde adentro; soy más ermitaño de lo que debería.

¿Cuál consideras tu mayor logro?
Creo que durante una época, al menos, elevé el estándar de discurso en la radio. Logré ascender en una emisora juvenil, hablando con florituras, y sobre temas densos, sin que se hiciera imposible de procesar para el público joven-adulto.

¿Cuál es tu mayor miedo?
¿No estar vivo para cuando George R. R. Martin se digne a editar el final de A Song of Ice and Fire?

¿Con qué personaje histórico es con el que más te identifican?
Con Dalí, por los ojotes. Con Elí Bravo, en lo radial. Con Bhodi Rook, de Star Wars Rogue One. Se puede argumentar que ninguno de ellos es un personaje histórico, pero tampoco es que mi legado haya ameritado nunca un “Iván, me recuerdas a Napoleón Bonaparte, porque…”

¿Qué persona viva es a la que más admiras? 
Así, de golpe, creo que a Stephen Fry. Es un hombre con espíritu renacentista, con talento en todos los ángulos, que ha superado demonios personales, y demonios sociales, y que tuvo la suerte de aprovechar un entorno fértil, para ser tan prolífico como puede. Ah, y a Zidane, que es Dios reencarnado.

¿Quiénes son tus héroes en la vida real? 
Mi abuelo, que emigró, como yo, pero en dirección contraria, cuando era mucho más difícil, sin amigos, sin familia en su nueva tierra, no en avión, sino en un barco que naufragó, y luego siguió, con par de cojones. Mi madre, que emigró, como yo, pero después de tener hijos en su país, dejando a alguno atrás, liquidando los poquitos bienes que logró amasar con su esfuerzo, con el mismo esfuerzo con el que sacó adelante la vida y educación de cuatro carrizitos. Mi padre, que como yo, emigró, de vuelta a su Colombia, dos emigraciones en una vida. Con par de cojones.

Fotografía de Octavio Sasso

¿Cuál es el rasgo más deplorable en ti? 
Soy mucho más tímido e introvertido de lo que pensaría quien conoce mi carrera en medios, y mi forma de ser con micrófonos o cámaras delante. Es más un defecto que un rasgo deplorable, pero no voy a confesar, en una entrevista, que tengo cuatro cuerpos enterrados en un sótano, ¿no?

¿Cuál es el rasgo en los demás que te hace menospreciarte? 
Tengo varios amigos y amigas con un envidiable espíritu de aventura, capaces de soportar incomodidades, tribulaciones, llagas y costras, con tal de pasar un día en la cima de alguna montaña, o bajo una cascada. Los veo, y digo…”no te costaría taaaanto ser así, Iván”. Pero luego desecho la idea y me pongo a leer a Cixin Liu.

¿Cuál es tu viaje favorito?
Siempre disfruté una tonelada ir a Bogotá. Mi familia allá es encantadora, y siempre se siente como una aventura. Recuerdo dos ocasiones especiales; una, fue cuando viajamos por tierra – dos días – con mi familia. Era niño. Íbamos en una Wagoneer. Dormimos en Cúcuta. Comí queso de hoja con papelón horas antes de llegar a Bogotá. En otra ocasión, fui con mi flaca, mi mujer. Teníamos solo unos pocos meses de novios. Me emocionó mucho hacer de guía turístico para ella, porque no solo le mostraba la ciudad, sino mis recuerdos. 

¿Cuál consideras que es la virtud más sobrevalorada? 
Ser ordenado. Una cierta cuota de caos es germen para la inventiva, para la creatividad. El orden como un fin, es exasperante.

¿Qué palabra o frases usas en exceso? 
En la intimidad, cuando converso con mi flaca…”¿Do you feel me?”. En público, uso excesivamente los adverbios. ¿Ves? Lo hice de nuevo.

¿Cuál es tu mayor arrepentimiento? 
No haber nacido millonario. No haber probado el pimentón frito años antes.

¿Cuál es tu estado de ánimo más recurrente? 
“Optimista preocupado”

Si pudieras cambiar algo de tu familia, ¿qué sería?
¿Su ubicación geográfica? La diáspora nos tiene a unos en Colombia, a otros en USA, a otros en España, a otros en Holanda… si he de elegir uno de esos 4, creo que en Holanda estaríamos muy bien… hasta que el calentamiento global la sumerja.

¿Cuál es tu posesión más preciada? 
Además de mi laptop, el apéndice primordial de nuestras generaciones, la franquicia de nuestro cerebro… creo que mis dibujos. Los guardo desde que soy adolescente. Además de su valor estético, son la métrica de mi historia personal. Love ´em.

¿Qué consideras que es lo más profundo de la miseria? 
Los paparazzi, la farándula, y la industria de la prensa rosa. ¿Sabes que en España hay como quince revistas “del corazón”? ¿WTF?! Y esas son solo las que he contado por encima. Get. A. Fucking. Life.

¿Dónde te gustaría vivir? 
Holanda. Finlandia. Noruega. Europa. Pero Europa, el satélite de Júpiter, cuando los humanos abandone(mos)n la Tierra. Buena parte de la ciencia-ficción apunta a Europa como posible asentamiento. Me gustaría llegar a verlo. No lo haré, pero me gustaría.

¿Cuál es tu actividad favorita? 
Contarle a alguien, o al público, algo asombroso que leí, o que aprendí, o que oí. Es lo mejor del mundo. Principalmente, porque siento que estoy cumpliendo una labor social, pero también es ese… “orgullo benigno” de saber algo que otra persona no conocía.

¿Cuál es la cualidad que más te gusta en un hombre? 
Que sea delantero del Madrid, y marque 45 goles por temporada.

¿Cuál es la cualidad que más te gusta en una mujer? 
Send nudes.

¿Cuáles son sus nombres favoritos?
No los puedo revelar. Mi mujer me impondría un bloqueo, sanciones comerciales. Quiere – queremos – que haya la menor cantidad de niños o niñas con los nombres que nos gustan. ¿Cuantos Matías no habrán nacido después del de Érika? ¿Cuantas Micaelas después de la de Ana María Simon? 

¿Cuál es tu lema? 
“No le hagas a nadie lo que no te gustaría que te hicieran”

Fotografía: elestimulo.com