Sentí que compartir el camino, en ese momento, este momento, era indicado. Me dejé llevar, era verdadera presa del caos, surfeaba olas de verbos mientras me desvelaba por tu encuentro, y de repente, el pasado, un cuento erótico que me acecha, como el cazador a su presa, pero yo le sonrío en vez de huir, no tiene armas para tentarme, le di entonces un beso en la frente, cambié de tiempos en la narrativa y me acosté a tu lado, mientras escribía esto, quién eres, ya pareces tres, cuatro, y hasta cinco mujeres diferentes, puedo armar un rompecabezas con las piezas favoritas de cada una de ellas: la amistad de una, lo inteligente de la otra, el olor de esa misma, el misterio de aquella y la atracción de esta. Y apareces tú, oculta, te veo y estoy ciego de ti, ahora el camino es claro, lo comparto, ven conmigo, camina hacia mí.
Juan Pedro Carrasquero Ávila